Mundialización contra el Estado centralizado

LA MUNDIALIZACION CONTRA EL ESTADO CENTRALIZADO

Roberto Santana

Marzo 2017

Con sus efectos directos e indirectos la mundialización, expresión moderna del reciclaje histórico del capitalismo, está cuestionando, por primera vez desde los comienzos del siglo XX el artículo Constitucional n° 3° que define la república como gobernada por un Estado excesivamente centralizado, forma-Estado que deviene completamente a-histórica vistos los desafíos de hoy y de mañana. Pero veamos primero los resultados de la mundialización en el contexto de este país que ha sido incapaz de modernizar la gestión de su largo territorio, es decir incapaz de ordenarse internamente para enfrentar los avatares de la transnacionalización del capital.

En la región metropolitana está hoy el 60% de la población urbana activa del país, mientras que de la población urbana total Santiago absorbe el 40%.  EL 70% de las importaciones del país pasa necesariamente por la Región Metropolitana y de allí se distribuye al resto del país, con todo lo que ello significa en aumento de costos y pérdida de tiempo, mientras que de la misma región solamente sale el 30% de las exportaciones.

La región metropolitana seguramente nunca antes habia beneficiado de una tal acumulación de recursos que contribuye a crear una capacidad ilimitada de aumento continuo de nuevas inversiones, proliferación de industrias de toda escala y de todo rubro, gozando de los beneficios de la renta de localización. Lo mismo puede decirse de los diferentes servicios públicos. Esta dinámica obedece a una suerte de lógica infernal que alimenta y retroalimenta un desequilibrio territorial que no presenta síntomas de poder disminuir sino, al contrario, de profundizarse.  No es ninguna novedad decir que sin intervención del Estado, la lógica del beneficio actúa de manera ciega y casi automática.

Como se sabe, la acumulación de los recursos financieros en Santiago provocó históricamente la concentración allí del poder político, pero nunca como ahora hubo tal disponibilidad de medios como para financiar y controlar la política. De allí la emergencia de un amplio círculo de complicidades entre hombres políticos y hombres de negocios interfiriendo en la elaboración de las políticas públicas, a favor por cierto de intereses privados. Todo ello ha terminado por minar la confianza en la política al mismo tiempo que la credibilidad en los hombres políticos y en los partidos. Los últimos gobiernos democráticos no solamente no fueron capaces de atenuar el fenómeno sino que éste se acrecentó como atestiguan los innumerables casos de corrupción y de intervención de la justicia que nutren las primeras páginas de la prensa y otros medios de comunicación.

Pero la mundialización tiene también otra cara, que viene a cuestionar precisamente la excesiva concentración del poder en la región metropolitana. Es parte de sus efectos contradictorios y complejos. El  movimiento de los capitales ha encontrado en Chile un terreno libre para explotar la totalidad del territorio y por eso mismo las localizaciones principales de las inversiones se sitúan mas o menos lejos de la región metropolitana, sobre todo allí donde existen recursos para actividades extractivas de mediana y larga duración.

El efecto indirecto de la mundialización consiste en que como en los territorios no metropolitanos se produce el 70% de las exportaciones del país, el fenómeno de la economía extractiva ha puesto forzosamente en movimiento las sociedades locales y regionales, ha contribuido a un aumento de la población, a un fuerte desarrollo de la población activa asalariada, al crecimiento de las capas sociales medias y ha permitido la instalación en todo el territorio de capacidades profesionales, administrativas, técnicas y también políticas que han empezado a cuestionar la orfandad de poder político en sus regiones y comunidades. Esta nueva situación en los territorios no-metropolitanos ha venido a cuestionar y al mismo tiempo a acelerar la crisis del sistema político orquestado desde Santiago.

El cuestionamiento viene también por el lado de la predominancia en el proceso inversionista sobre los territorios de las actividades extractivas y de su carácter mas o menos depredador y poco respetuoso del medio ambiente y de la opinión de las poblaciones locales. Es el poder centralizado en Santiago el culpable de lo que ocurre en sectores como el forestal o la explotación de los recursos del mar, o la minería, a donde el capital empresarial llegó con aires de conquista, operando a veces con una legislación fabricada a la medida y otras veces apartándose simplemente de una ley de cuya aplicación la administración central es incapaz de responder. Mientras las regiones y las comunas en los territorios no tengan poder legal para regular y vigilar la salvaguarda de sus recursos y decidir de las modalidades a las cuales debe atenerse una actividad que afecta sus recursos y su medio ambiente, es muy difícil que el país pueda responder a las normas internacionales del desarrollo sustentable.

Otra cosa, la mundialización viene también a cuestionar la centralización del poder en relación a los intercambios internacionales en este período de la historia de gran intensidad de las comunicaciones intercontinentales, donde regiones o localidades, o personas, establecen lazos con sus congéneres de otro país por afinidades culturales o étnicas, pero sus posibilidades de intercambio de personas, de bienes y de productos culturales son frenadas por la mediación obligada del centro decisional metropolitano. El centralismo aparece aquí como impidiendo posibilidades suplementarias de desarrollo en los territorios no metropolitanos.

En este año de gracia, de elecciones presidenciales, hay entonces lugar para que los electores se pregunten ¿cuál es el candidato presidencial que va a prometer la reforma del Artículo 3° de la Constitución y la transformación del Estado unitario centralizado en uno de federación de regiones o de autonomías regionales?

Por ahora se puede afirmar que de la Nueva Mayoría no saldrá tal candidato, que hasta ahora el Frente Amplio no ha dicho una sola palabra sobre el tema pero tiene aún un poco de tiempo…que la Federación Regionalista Verde y Social, si se lanza, tiene aquí la reforma para pasar a la historia…